GemaSC

Jaula con corazón

La epidemia del amor inmaduro

La epidemia del amor inmaduro

Últimamente, me doy cuenta de que en muchas parejas gobierna la autoridad y la posesión, a veces de forma disimulada y otras, consentidas. Se prohiben las salidas con los amigos, se revisan las conversaciones de redes sociales uno al otro e incluso, se elige con quien o no tienen que hablar y saludarse… ¿dónde queda la libertad individual?

Creemos que tener pareja significa estar en posesión del otro porque nos pertenece. Pero poseer no significa sentir amor, sino inseguridad por temor a quedarse sin el otro, que es bien distinto.

El amor no es una jaula, es dejar ser sin poseer en un vuelo acompañado

No puedo vivir sin ti

“Te necesito”, “No puedo vivir sin ti”, “Mi vida pierde el sentido cuando no estás conmigo”, “Me quiero morir” son expresiones que definen a muchas de las relaciones actuales, ya sean en adolescentes como en adultos y que tienen un punto en común: la dependencia emocional.

La idea popular de que necesitamos a nuestra media naranja para ser feliz ha hecho mucho daño en la sociedad junto a los ideales románticos de las películas. Paradójicamente los estudios afirman que primero hay que estar bien con uno mismo para poder tener relaciones satisfactorias de cualquier tipo.

Lo cierto es que todos y cada uno de nosotros venimos al mundo sin un acompañante y hemos pasado épocas en solitario. Por lo que vivir sin otra persona a nuestro lado es posible, lo que no es saludable es carecer de relaciones a todos los niveles.

El error radica en convertir la búsqueda de pareja o la relación de pareja en nuestro único sentido de vida.

Mujer con dependencia

No te necesito, te prefiero

Depender implica estancamiento al no poder crecer porque no somos libres emocionalmente y también implica inmadurez, ¿de verdad piensas que no eres nadie sin el otro? No necesitas el espejo de los demás para verte, tu presencia existe de por sí.

¿Necesitas que alguien te diga cuánto vales para creértelo? Déjame decirte que sí, ese alguien eres tu.

Además, ¿has pensando en que si te comportas como el otro desea o exigimos al otro cómo tiene que hacerlo dejamos de ser nosotros mismos? Toda nuestra autenticidad se desvanece cuando nuestra forma de ser se transforma según los deseos de los demás. 

Lo bonito no es necesitar al otro, sino preferirlo como acompañante de vida y como apoyo. No hay nadie que nos complemente la parte que nos falta porque no podemos responsabilizar a otros de sanar nuestras heridas.

La única persona con la que sí necesitamos vivir es con nosotros mismos por ello es necesario aprender a amarse y valorarse cada día. Ya lo dijo Oscar Wilde, “Amarse a sí mismo es el comienzo de un idilio que durará toda la vida”. Por lo que tener pareja es una preferencia o elección no una necesidad.

No olvidemos que las relaciones de pareja sanas crecen desde el amor consciente y la madurez emocional. Sus miembros saben que son dos personas completas que apuestan por la idea de crecer juntas pero que en ningún momento se anulan porque su propósito es un viaje de evolución, individual y colectivo: la pareja.

Artículo original en Blog Psicopíldoras de El Periódico Extremadura

La epidemia del amor inmaduro Leer más »

Manos

La acción más pequeña es mejor que la intención más grande

La acción más pequeña es mejor que la intención más grande

Olvidamos la grandeza de los actos más pequeños y sobrevaloramos en ocasiones las palabras que nos transmiten intenciones grandes. No es lo mismo pensar que actuar, ni hablar que hacer. Por muy insignificante que sea una acción siempre tendrá más valor que aquello que se queda en el aire.

No somos conscientes del valor de los hechos cotidianos, ni de los demás ni de los nuestros. De esos pequeños detalles y granitos de arena que son capaces de construir sonrisas auténticas, generar emociones intensas y empezar a construir nuestros sueños.

“Los grandes corazones se contentan con pequeños detalles”
-Hernán Sabio-

Las palabras que no van seguidas de hechos no valen nada

Las palabras son un recurso potente para quien sabe emplearlas. Gracias a ellas se cierran negociaciones, comienzan relaciones y se crean promesas. Pero una cosa es emitir un mensaje o una intención y otra muy distinta que esto se haga realidad mediante la acción.

Pueden decirte muchas cosas pero si no van acompañadas de hechos, las palabras pierden su valor.
 
Burbujas en forma de corazón
 
Crear expectativas a los demás o a nosotros mismos puede generar frustración, decepción o rabia. Por supuesto que somos libres de decir lo que queramos pero no olvidemos que por la boca muere el pez. Si no vamos a cumplir aquello que decimos es mejor el silencio. ¿De qué te sirve crear ilusiones a la gente o a ti mismo?

No olvidemos además que las palabras son un arma de destrucción masiva en la boca de personas manipuladoras. Por lo que dejarnos guiar por lo que nos dicen es un arma de doble filo que en ocasiones puede atraparnos es inmensas telas de araña.

Hay gente que habla y no actúa, y otras que son más silenciosas pero sus actos comunican grandes mensajes emocionales. De estas últimas puedes fiarte, tienen el secreto de demostrar sus sentimientos aún en el silencio.

Tus acciones te definen más que tus palabras

La mayoría de nosotros solemos hablar más de lo necesario, generando promesas que terminaremos por no cumplir. Esto no quiere decir que no haya buenas intenciones detrás de nuestras palabras pero también es importante barajar el valor que los demás dan a lo que les decimos.

Para ti puede que sea un comentario socialmente aceptable en ese momento que no llegue a más o que realmente pienses que vas a cumplirlo, pero quizás para la otra persona tu mensaje tenga un valor incalculable. La cuestión es que finalmente nos recordarán por lo que hemos hecho y no por lo que dijimos.

Tus comportamientos en buena medida te definen y son los pequeños detalles lo que hacen la diferencia. Por lo que el gesto más pequeño tiene más poder que las palabras más bonitas y las intenciones más desmesuradas. Porque, ¿a quién valoras más, a alguien que te dice que te quiere o alguien que realmente te lo demuestra?

 
Pareja abrazada

Al final de una persona quedan sus huellas y estas se conforman por la acumulación de sus actos. La acción es la huella indeleble de cada uno de nosotros.

Los hechos no dejan de existir solo porque sean ignorados

Las palabras vuelan, se deshacen y desaparecen, hasta pueden deformarse. Pero un hecho siempre marcará el momento en que ocurrió, por mucho que alguien intente ignorarlo. Un hecho no puede deformarse nunca, tan solo puede transformase lo que se cuenta sobre este, y eso son palabras…

La cuestión está en si valoramos las acciones que los demás tienen hacia nosotros y las que nosotros llevamos a cabo tanto hacia los otros como a nosotros mismos. Estoy segura de que no, y de que a veces nos dejamos llevar por las palabras. Pero recuerda que una acción demuestra, una palabra solo emite un mensaje que puede o no llegar a cumplirse.

Quizás la clave se encuentra en actuar más y en hablar menos, y en leer entre líneas los subtítulos que acompañan a los hechos.
 
Artículo publicado originalmente en La Mente es Maravillosa

La acción más pequeña es mejor que la intención más grande Leer más »

Mujer con flores

Practica el amor propio para ser feliz

Practica el amor propio para ser feliz

Casi siempre es la misma historia: estamos más pendientes de lo que quieren los demás, de nuestras obligaciones y compromisos que de aquello que deseamos nosotros ¿y cuál es el resultado? El desencanto. Sobrevivimos más que vivimos y como consecuencia obtenemos la pérdida de nuestros sueños y la desconexión de nosotros mismos. Con el “deber que” y el “tener que” cerramos el acceso a ese nivel de nuestro interior.

Cuando alguien no se tiene en cuenta y lo hace durante un tiempo, termina despertando un día pensando que su vida está muy lejos de ser la que quería. La conformidad de dedicarse a lo que ha ido apareciendo, junto a lo que los demás le demandaban, suele jugar una mala pasada: llevarnos a un lugar en el que nos sentimos extraños.

“No malgastes tu tiempo, pues de esa materia está formada la vida”
-Benjamin Franklin-

La trampa del conformismo

Muchos de nosotros somos buenos ejemplos de ese gran déficit hacia lo personal, que no egoísta, que ha invadido gran parte de nuestra sociedad. Un cambio progresivo que nos perjudica más que beneficia, pero que la mayoría de las veces sabemos disimular -ante los demás y ante nosotros mismos- a través del conformismo.
 
Mujer con flores
 
La creatividad de la infancia y la pasión que nos impulsa en nuestra adolescencia se pierden en el olvido, apagando la luz que nos ha hecho brillar hasta esos momentos. Es suficiente con mirar a nuestro alrededor y observar cómo la gente se dedica a trabajos que no ama, se conforma con sus relaciones y deshecha sueños porque parece que necesitan un vuelo demasiado alto capaz de rozar la utópico.

La ilusión desaparece porque nos conformamos y nuestro crecimiento se detiene. La zona de confort es demasiado agradable como para soportar miedos, frustraciones e incertidumbres. Optamos por el plan B: lo sencillo, lo que toca, lo que hace perder el timón de nuestro vuelo.

Permanecer en el hechizo de pensar que siempre es mejor atender a lo que hay afuera que escuchar lo que nuestro interior necesita perpetua nuestro olvido y genera dependencia a la aceptación de los demás.

No eres egoísta, estás cuidando de ti mismo

De vez en cuando conviene hacerse un chequeo emocional para saber cómo nos encontramos. Preguntarnos cómo nos sentimos con nuestra vida en general y con nuestro trabajo, nuestras relaciones y lo que hacemos en particular nos proporcionará pistas sobre nuestro bienestar.

Cuando el resultado son sentimientos de decepción y desencanto es muy probable que nos encontremos viviendo nuestra vida como actores y actrices secundarios. El problema radica en que, aún sabiendo que tenemos que dedicarnos más tiempo a nosotros mismos, hay una pregunta que nos inquieta y nos congela: si lo hacemos, ¿seremos egoístas?

Corazón que florece

¿Somos egoístas cuando salimos a buscar aquello que necesitamos y nos hace bien? Déjame decirte que no, tan solo estás cuidando de ti mismo. El único amor que dura para siempre es el amor propio, por lo que si no te encargas de mantenerlo ¿quién lo hará? No es conveniente conformarse con rebajas…

Nadie es egoísta por despertar y decir “no” o “basta”, tampoco por guardarse minutos para sí y no estar disponible 100% a las demandas de su entorno. No pasa nada porque hayas decidido dejar de ser el que siempre estaba para todos, pero nunca para sí. Más vale tarde que nunca.

Invierte en ti, ¡no te olvides!

“La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir: “Lo que tú piensas de mi es más importante que la opinión que tengo de mi mismo”
-Wayne Dyer-

Puede que te hayas convertido en un experto en saber al detalle qué quieren tus padres, tu pareja o tus amigos de ti, el problema es que poco o nada te has parado a pensar en qué quieres tú mismo. Pero saberlo es tan vital como respirar, pues repercute en tu autoestima y en tu bienestar emocional.

Ante ello, la mejor solución es invertir en amor propio. Toca encender la llama de amor por nosotros. Para ello:

  • Considérate una persona valiosa. Tu valor trasciende más allá de tus errores y fracasos. No eres tus resultados sino tu capacidad de reponerte. El amor hacia ti es muy importante.
  • Olvídate de complacer a los demás para estar bien. Complacer puede llegar a agotarte y finalmente destruirte. Nadie es egoísta por decir lo que piensa, siempre y cuando lo haga desde el respeto y marcando límites sanos para protegerse.
  • Establece tus prioridades. Para invertir en ti tienes que conocer cuáles son tus prioridades: a qué o quienes quieres dedicar más tiempo o menos para seguir construyendo tus sueños.
  • Disfruta de tus tiempos. Un día libre o por fin, ese fin de semana tan ansiado. Aprovecha el tiempo al máximo y deja fuera tus obligaciones. Eres el protagonista principal de tu vida, no un actor secundario.
“Sólo si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero”
-Jorge Bucay-
Si eres de esas personas que lleva tiempo desconectada con su interior, te adelanto que volver a escuchar tu diálogo interno a niveles profundos es una tarea que te va a llevar tiempo. Piensa en todos los muros que has levantado, en todas las veces que te has ignorado: ser capaz de escuchar de nuevo ese lenguaje no es una habilidad que se perfeccione un momento. Sin embargo, si tienes paciencia lo conseguirás y ya te adelanto que lo que recuperarás merecerá la pena, tanto para ti como para los que te rodean.
 
Artículo original publicado en La Mente es Maravillosa

Practica el amor propio para ser feliz Leer más »